sábado, 1 de agosto de 2009

Varios

miércoles, 29 de julio de 2009

Calor.
¡Qué clase calor! (en “habanero” se pronuncia: “calol”)
Estos días está haciendo bastante calor. Dice el P. Luis que en Habana Vieja había antes de anoche 33’5º y 66 % de humedad… y encima, de noche…


Playa.
No lo teníamos previsto, pero ayer, martes, fuimos a la playa. Improvisamos un día de playa. Ea, no hubo que convencernos. Resulta que el P. Luís tenía que llevar a una chica de la comunidad a un pueblito en las afueras de La Habana, creo que cerca del famoso puerto El Mariel, porque ella tenía que ayudar a la familia para atender y cuidar a una prima que estaba en el hospital, porque acababa de dar a luz a un bebito…
Total, que ya que había que ir hasta allí, calculo que a poco más de 30 km. de La Habana, fuimos a la playa (digo playa porque es para bañarnos en el mar, pero en realidad no son playas de arena). Se trata de una zona a la que normalmente no viene el turismo extranjero, aunque sí es conocida por los especialistas del buceo, porque a muy poca distancia de la costa hay una gran barrera de coral…
Llevábamos los aperos adecuados… Como de vez en cuando le toca hacer de “guía turístico”… el P. Luis tiene unas cuantas aletas y gafas de buceo (del Decathlon…) y así pudimos disfrutar un buen rato de las bellezas submarinas de Cuba… y también del agua salada (muuuuy salada), y de los erizos de mar… (todavía hoy Fr. Carlito tiene varias espinas clavadas…).
Ciertamente que el paisaje submarino era bonito. Pude ver peces típicos de nuestros acuarios… muchos y bonitos colores… Y eso que no nos acercamos a la sima, un gran precipicio marino que está completamente lleno de vida, corales y peces bien bonitos. Había por la zona unos cuantos pescando con arpones… y no quisimos estar a tiro… Además, el mar estaba algo revuelto, hacía aire, y no era nada fácil bucear.
Después hemos comido allí mismo. Un pequeño restaurante (!!!) en moneda cubana… Y estaba bien. Había, para contento del P. Luis, pescado frito, fresco, recién pescado. Estaba bien de precio: 25 pesos (m.n.). También algo de carne de puerco (cerdo), y cervezas, a 20 pesos cada una. Como no había refrescos (naranja, limón, cola) tuvimos que usar nuestra propia agua… Tampoco había café… pero ya lo había llevado el P. Luis… no estuvo mal la cosa de la comida. Y prontito de vuelta para casa.



Iglesia.
Una de las tareas que tengo para cada día, es estar por la iglesia entre las 4 y las 6 de la tarde. Es un horario de disponibilidad para confesiones, para cualquiera que quiera charlar con el sacerdote, etc. Los primeros días se me hacía algo pesado. A esas horas todavía hay mucho calor, y no siempre alivia el aire… unas veces me sentaba a leer un poco, otras me arrimaba al ventilador… Al final, lo que vengo haciendo estos últimos días, es ponerme un poco de música (mis músicas…) y pasear por la iglesia, arrimándome a la corriente mas fresca que voy encontrando, y en esas, intento disfrutar de la grandeza y hermosura del templo, las estaciones del vía crucis, etc… e intento que todo ello sea una oración…


Visita.
El P. Philip ha estado unos días con nosotros. Él está en la ciudad de Santa Clara. Es capuchino, de Malta. Llegó el lunes a mediodía. Estos días ha aprovechado para hacer algunas gestiones en la capital, y de paso, ha convivido con nosotros. Eso nos ha permitido conocerle un poco más, conocer el trabajo que realizan nuestros hermanos en Santa Clara, etc. Ya está en el avión…


Iglesia.
Esta tarde, en la iglesia, he estado mucho rato charlando con un señor… 80 años.
Combatiente en el Escambray, unos cuantos años en la clandestinidad, luchando para la Revolución, responsable de comunicaciones en la crisis de los misiles de octubre…
Técnico especialista de transmisiones de radio, comunicaciones en aviación… 190 pesos (moneda nacional) de pensión. Casado, dos o tres hijos, algún nieto…
La conversación empezó por cuestiones de fotografía, al verme con mi cámara. Él revelaba sus propias fotografías… viajó, a Rusia, bueno, Unión Soviética, y… no recuerdo ya cuantos países más me dijo…
“Cuanto más tarde llegue a casa… mejor”.
Y llorando me decía: “Yo no creía que iba a tener esta vejez…”; “Después de tanto trabajar y luchar para sacar adelante a la familia, ahora no puede ser que tenga que ser yo el que siga tirando de todos…”.
“Ya no tengo ilusión por vivir… no quiero morir… no quiero suicidarme, que esos es pura cobardía… pero ya no me queda ilusión por la vida…”
A estas alturas, yo no sabía qué decirle… nunca se sabe.
“Compré el televisor… 500 pesos me costó… pago 5 cada mes, y cuando puedo, adelanto pago por dos o tres meses… Y, anoche mismo… el poco rato que me siento a ver televisión… entre el hijo y el nieto no me dejan ver nada… ayer querían ver béisbol… cuando yo estaba viendo un documental… total, que para no pelear más, me marché a la cama… Y así todos los días…”
“Cuanto más tarde llegue a casa… menos tengo que sufrir…”

Buenas noches. Sed buenos.